Quote by Victor Hugo
Para el obispo, la vista de la guillotina fue un golpe terrible del cual tardó mucho tiempo en reponerse. En efecto: el patÃbulo, cuando está ante nuestros ojos levantado, derecho, tiene algo que alucina. Se puede sentir cierta indiferencia hacia la pena de muerte, no pronunciarse ni en pro ni en contra, no decir ni sà ni que no mientras no se ha visto una guillotina; pero si se llega a ver una, la sacudida es violenta; es menester decidirse y tomar partido en pro o en contra de ella. Los unos admiran, como De Maistre; los otros execran, como Beccaria. La guillotina es la concreción de la ley: se llama 'vindicta'; no es indiferente ni os permite que lo seáis tampoco. Quien llega a verla se estremece con el más misterioso de los estremecimientos. Todas las cuestiones sociales alzan sus interrogantes en torno de aquella cuchilla. El cadalso es una visión: no es un tablado ni una máquina, ni un mecanismo frÃo de madera, de hierro y de cuerdas. Parece que es una especie de ser que tiene no sé qué sombrÃa iniciativa. Se dirÃa que aquellos andamios ven, que aquella madera, aquel hierro y aquellas cuerdas tienen voluntad. En la horrible meditación en que aquella vista sume al alma, el patÃbulo aparece terrible y como teniendo conciencia de lo que hace. El patÃbulo es el cómplice del verdugo; devora, come carne, bebe sangre. Es una especie de monstruo fabricado por el juez y por el carpintero; un espectro que parece vivir una especie de vida espantosa, hecha con todas las muertes que ha dado.
Summary
El obispo en esta cita explica que ver una guillotina es una experiencia impactante que causa una gran conmoción. Mientras la pena de muerte puede ser considerada con indiferencia, al presenciar la guillotina uno debe tomar una postura clara a favor o en contra. Para algunos, como De Maistre, puede ser admirada, mientras que para otros, como Beccaria, puede ser execrada. La guillotina representa la concreción de la ley y, al verla, cada uno se estremece de manera misteriosa. El cadalso no es solo una herramienta, sino que parece tener una sombrÃa vida propia, dotada de iniciativa y conciencia. Se convierte en cómplice del verdugo y se alimenta de carne y sangre, convirtiéndose en un horrible espectro fabricado por la justicia y la carpinterÃa, que encapsula todas las muertes que ha causado.