Quote by T.J. Forrester

The sting of her abandonment had not lessened through the years, and I suspected it would never go away. Occasionally, I could see agony in her eyes, the shadows that flickered in the background. If I could, I'd take her pain and make it my own. I'd swallow it like a bitter pill and live with the consequences.


The sting of her abandonment had not lessened through the ye

Summary

This quote encapsulates the enduring pain of abandonment and the desire to alleviate another's suffering. The speaker acknowledges that, despite the passage of time, the sting of being abandoned still lingers intensely. They empathetically observe the pain in the other person's eyes and express their willingness to shoulder that burden if possible. The quote illustrates a deep sense of compassion and a willingness to make personal sacrifices to provide solace to someone they care about.

By T.J. Forrester
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Random Quotations

Para el obispo, la vista de la guillotina fue un golpe terrible del cual tardó mucho tiempo en reponerse. En efecto: el patíbulo, cuando está ante nuestros ojos levantado, derecho, tiene algo que alucina. Se puede sentir cierta indiferencia hacia la pena de muerte, no pronunciarse ni en pro ni en contra, no decir ni sí ni que no mientras no se ha visto una guillotina; pero si se llega a ver una, la sacudida es violenta; es menester decidirse y tomar partido en pro o en contra de ella. Los unos admiran, como De Maistre; los otros execran, como Beccaria. La guillotina es la concreción de la ley: se llama 'vindicta'; no es indiferente ni os permite que lo seáis tampoco. Quien llega a verla se estremece con el más misterioso de los estremecimientos. Todas las cuestiones sociales alzan sus interrogantes en torno de aquella cuchilla. El cadalso es una visión: no es un tablado ni una máquina, ni un mecanismo frío de madera, de hierro y de cuerdas. Parece que es una especie de ser que tiene no sé qué sombría iniciativa. Se diría que aquellos andamios ven, que aquella madera, aquel hierro y aquellas cuerdas tienen voluntad. En la horrible meditación en que aquella vista sume al alma, el patíbulo aparece terrible y como teniendo conciencia de lo que hace. El patíbulo es el cómplice del verdugo; devora, come carne, bebe sangre. Es una especie de monstruo fabricado por el juez y por el carpintero; un espectro que parece vivir una especie de vida espantosa, hecha con todas las muertes que ha dado.

Victor Hugo